Cosas para pensar el feminismo anarco queer este verano
http://argentina.indymedia.org/news/2007/12/574946.php
Crecimiento del feminismo como teoría política, para la sexualización de la raza, y la racialización del sexo.
Buscar estrategias para desafiar conjuntamente las opresiones desde barricadas atomizadas y múltiples que tiendan, mediante las astucias corporales, genitales, sexuales disidentes, no hegemónicas y sus prácticas, a la subversión total y posterior destrucción del sistema heteronormativo, capitalista, totalitario y patriarcal.
Llamar la atención sobre las contradicciones y las exclusiones provocadas por las luchas identitarias tradicionales en busca de igualdad y reconocimiento por parte de la justicia y el estado que contribuyen a naturalizar, junto con los programas institucionales contra la violencia de género, la relación entre violencia y masculinidad, enmascarando la violencia inmanente a las relaciones conyugales y familiares, reforzadas incluso por las leyes de unión civil y derechos para gays y lesbianas o las supuestas parejas y familias de los movimientos socialistas. Ahora las minorías sexuales se normalizan y se asimilan en la norma de matrimonio, igualdad legal, representación mediática. Gays y lesbianas han dejado de ser un grupo radical, sino el reservorio de divergencia que alimenta el sistema. En un mundo donde la identidad-realidad es similar a los regímenes pre-modernos soberanos en los que la cámara en subjetiva toma la representación pornográfica hetero, filma el coming-out en el entorno doméstico con mini cámaras, muestra en directo las escenas de representación policial y las ejecuciones de pres*s, exigir a cualquier precio la visibilidad de las minorías como condiciones de emancipación no parece tener sentido, porque ya no se trata de exigir el cupo en la cuota de representación dentro del sistema como modo de cambiarlo, sino de cambiar el marco todo de la visibilidad.
Lograr un proceso de cuestionamiento incesante que permita excentrizar al sujeto del feminismo.
Resistir a cierto proceso de devenir mujer para poder construir incluso otras masculinidades.
Ser concientes del riesgo de modelos políticos humanistas basados en “justicia”, “libertad” e “igualdad” que ignoran las diferencias culturales, las historias de colonización, o las opresiones e incluso las capacidades reales y objetivas de los cuerpos que llevan adelante la lucha.
Tener en cuenta la identidad como posible lugar estratégico de acción política, sin que sean considerados como simples efectos de opresión.
Pensar la escisión del clítoris no como ejemplo de barbarismo exótico sino como parte, con otras tecnologías de normalización de género occidentales en diferentes grados (cesárea, episiotomía, tactos vaginales a embarazadas, ablación de ovarios y mamas, depilación de todo tipo- definitiva, con cera, máquina de afeitar; imperios cosméticos y cirugías plásticas normalizadoras-), de los dispositivos de la red de regulación del cuerpo de las mujeres en la globalización del género y la sexualidad, como así también de los cuerpos de personas travestis, intersex y trans.
Insistir con la abolición del pensamiento dicotómico (perros vs. gatos, beatles vs stones, blanco vs. negro) que incluye el binarismo sexual (varón/mujer femenino/masculino)
http://argentina.indymedia.org/news/2007/12/574946.php
Crecimiento del feminismo como teoría política, para la sexualización de la raza, y la racialización del sexo.
Buscar estrategias para desafiar conjuntamente las opresiones desde barricadas atomizadas y múltiples que tiendan, mediante las astucias corporales, genitales, sexuales disidentes, no hegemónicas y sus prácticas, a la subversión total y posterior destrucción del sistema heteronormativo, capitalista, totalitario y patriarcal.
Llamar la atención sobre las contradicciones y las exclusiones provocadas por las luchas identitarias tradicionales en busca de igualdad y reconocimiento por parte de la justicia y el estado que contribuyen a naturalizar, junto con los programas institucionales contra la violencia de género, la relación entre violencia y masculinidad, enmascarando la violencia inmanente a las relaciones conyugales y familiares, reforzadas incluso por las leyes de unión civil y derechos para gays y lesbianas o las supuestas parejas y familias de los movimientos socialistas. Ahora las minorías sexuales se normalizan y se asimilan en la norma de matrimonio, igualdad legal, representación mediática. Gays y lesbianas han dejado de ser un grupo radical, sino el reservorio de divergencia que alimenta el sistema. En un mundo donde la identidad-realidad es similar a los regímenes pre-modernos soberanos en los que la cámara en subjetiva toma la representación pornográfica hetero, filma el coming-out en el entorno doméstico con mini cámaras, muestra en directo las escenas de representación policial y las ejecuciones de pres*s, exigir a cualquier precio la visibilidad de las minorías como condiciones de emancipación no parece tener sentido, porque ya no se trata de exigir el cupo en la cuota de representación dentro del sistema como modo de cambiarlo, sino de cambiar el marco todo de la visibilidad.
Lograr un proceso de cuestionamiento incesante que permita excentrizar al sujeto del feminismo.
Resistir a cierto proceso de devenir mujer para poder construir incluso otras masculinidades.
Ser concientes del riesgo de modelos políticos humanistas basados en “justicia”, “libertad” e “igualdad” que ignoran las diferencias culturales, las historias de colonización, o las opresiones e incluso las capacidades reales y objetivas de los cuerpos que llevan adelante la lucha.
Tener en cuenta la identidad como posible lugar estratégico de acción política, sin que sean considerados como simples efectos de opresión.
Pensar la escisión del clítoris no como ejemplo de barbarismo exótico sino como parte, con otras tecnologías de normalización de género occidentales en diferentes grados (cesárea, episiotomía, tactos vaginales a embarazadas, ablación de ovarios y mamas, depilación de todo tipo- definitiva, con cera, máquina de afeitar; imperios cosméticos y cirugías plásticas normalizadoras-), de los dispositivos de la red de regulación del cuerpo de las mujeres en la globalización del género y la sexualidad, como así también de los cuerpos de personas travestis, intersex y trans.
Insistir con la abolición del pensamiento dicotómico (perros vs. gatos, beatles vs stones, blanco vs. negro) que incluye el binarismo sexual (varón/mujer femenino/masculino)
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