martes, 16 de diciembre de 2008

La ley, tu ley. Red de Trata y una visión anarquista.

La ley, tu ley. Red de Trata y una visión anarquista.

Por Proyectil Fetal
www.proyectilfetal.blogspot.com
www.fotolog.com/proyectilfetal
proyectilfetal@gmail.com



"Un movimiento que comenzó diciendo que la biología no es destino ahora tira a la basura a transexuales y celebra la conexión "natural" de las mujeres con la tierra y las cosas vivas. Un movimiento que produjo la liberación de lxs niñxs ahora tira a la basura la posibilidad de tener jóvenes amantes muchachos y favorece el paso a leyes sexuales dignas del legista ateniense Draco que asigna condenas más fuertes por tener sexo con un menor que por robo a mano armada. Un movimiento que desarrolló un análisis del trabajo doméstico como tarea no remunerada y reconoció que las mujeres usualmente comercian con sexo porque eso es lo único que tienen, ahora se enrola en los escuadrones del vicio para sacar a las prostitutas de la calle. Un movimiento cuya literatura temprana fue habitualmente considera obscena y prohibida de la circulación ahora hace campaña para deshacerse de la pornografía. Lxs unicxs pervertidxs sexuales que este movimiento apoya son las madres lesbianas, y sospecho que lo hace debido a la propaganda actual que sostiene que las mujeres comprenden una fuerza nutricia y sanadora que salvará al mundo de la energía masculina destructiva."
Pat Califia

“Sería importante que la jurispdrucencia no quedara confiada a los jueces. Los escritores deberían leer no tanto el código civil sino, sobre todo, los tratados de jurisprudencia.”
Deleuze


Es muy fácil decir que, como anarquistas, estamos en contra de toda forma de explotación, lo cual es elemental. Esta afirmación no nos quita responsabilidad cuando reproducimos, por ignorancia generalmente, los argumentos de un feminismo conservador, inútil y moralista, más cerca de un pensamiento de derecha, como el que reclama “mano dura”, que de una verdadera emancipación de las libertades sexuales, por la cual abogaba Bakunin o Goldman. Más aun, quienes nos reivindicamos anarquistas no podemos repetir lo que otras personas dicen que dicen las leyes. Tenemos la responsabilidad, nos guste la palabra o no, de saber por nosotrxs mismxs la letra de la ley para combatirla en pleno conocimiento a nuestro enemigo.

Este es el paradigmático caso de lo que está ocurriendo con la llamada así “Ley de trata de personas” en nuestro país. La trata es un delito que, independientemente de lo que se arroje en los medios masivos que solo hacen hincapié en el ejercicio de la prostitución, incluye la captación de personas, ya sea para la explotación sexual, las prácticas de esclavitud, los trabajos forzados y la extracción ilegal de órganos y tejidos. Claro que de todos estos puntos, siempre el que más irrita tiene que ver con la posibilidad de aceptar que alguna mujer quiera efectivamente ser trabajadora sexual[1].
En nuestro código penal, no está tipificado el ejercicio por cuenta propia del trabajo sexual, es decir no constituye delito [2]. Hasta el 2008, se penaba “al que promociona o facilita la prostitución”, o al que “explotare económicamente el ejercicio de la prostitución de una persona”, y en ambos casos, cuando se trata de mayores de 18 años, se pena siempre y cuando el delito se realice mediando “engaño, fraude, abuso coactivo o intimidatorio, violencia, etc.” (“Promoción o facilitación de la prostitución de menores y mayores mediante la entrada o salida del país” -art. 127 bis, 127 ter., incorporado por ley 25.087[3]-). Y éstos formaban parte del título “Delitos contra la Integridad Sexual”. En abril de 2008, se incorporan al título de “Delitos contra la Libertad” los arts. 145 bis y 145 ter., que penalizan la trata de personas mayores y menores, respectivamente. Estos artículos reproducen el texto de los anteriormente mencionados, pero sin hablar de prostitución, sino de explotación en general, a pesar de que vulgarmente se los conozca como “los artículos de trata de personas”, porque efectivamente se circunscriben a ese delito.

Acá empieza el problema de las facciones por la lucha del poder. Las feministas anti- prostitución no están satisfechas con la ley y sus reformas, que a la sazón, no es algo menor o fácil de obtener. Entre ellas, tomamos el testimonio de Monique Altschul, Directora Ejecutiva de la Fundación Mujeres en Igualdad, integrante de la Red No a la Trata, que dijo a Perfil.com[4]: "Nos oponemos porque esta ley distingue entre víctimas mayores y menores de 18 años. Y para los mayores de 18, establece que es necesario probar que el delincuente actuó con violencia, abuso, engaño o amenazas para que exista delito. ¿Cómo puede una víctima de trata, en el estado de vulnerabilidad en el que quedan, probar eso? Eso sería presumir que se puede consentir la propia explotación y eso favorecería la impunidad de proxenetas y tratantes"[5].

Del mismo modo que un olmo nunca dará peras, no se le puede pedir al estado que deje de ser estado (o que sea un poco menos estado para ciertas cuestiones); es decir, que la ley se maneje como si no fuera le ley, o que el propio sistema jurídico se auto-socave a si mismo sus propios cimientos. La ley moderna liberal de nuestros estados tal como los conocemos y los padecemos hoy supone la ficción de la autonomía del sujeto. Asimismo, supone que hay una edad – otra ficción, en este caso madurativa, que cambia histórica y arbitrariamente de acuerdo a las necesidades de dicho estado- para que ciertas prácticas sean consideradas delitos, con o sin consentimiento.
La paradoja a la que se enfrentan las feministas que, con toda su buena intención, quieren liberar a las mujeres víctimas de las redes de prostitución es doble: por un lado, pedirle al estado y a sus poderes (en este caso, el judicial y legislativo) que cree una ley que no sea una ley (es decir, un set de normas de comportamiento que no presuponga las ficciones antes mencionadas: consentimiento y edades); y al mismo tiempo, dar por tierra con la garantía constitucional de que toda persona es considerada inocente hasta que se demuestre lo contrario, confundiéndola con la inversión de la carga de la prueba. Nos guste o no, así se maneja la ley creada por los estados modernos. Por eso, entre otras muchas cosas, casualmente, no nos gustan los estados modernos ni sus leyes[6].

Por otra parte, para el sistema jurídico en el cual nos toca movernos, la ficción de la autonomía de lxs sujetos no es, como hemos tenido la desgracia de leer en algún pasquín anarquista, “un absurdo”; sino que dicha autonomía, entendida en términos liberales, que son aquellos que dieron surgimiento a la ley, es una cuestión central[7] del sistema democrático para evitar avasallamientos a la vida individual de lxs ciudadanxs que el anarquismo hoy, por vago, no puede soslayar. Evitar así que, en pos de los derechos humanos, las libertades individuales, la vida privada de los sujetos, y su autonomía sean intervenidas y controladas todavía más de lo que ya lo son, por el estado, corriendo el riesgo de cederle el poder para convertirse en un estado fascista. O ¿cuándo se ha visto que la mayor intervención del estado redunde en mayores libertades de lxs sujetos? Abolir estas cuestiones nos retrotrae a una judicialidad premoderna, donde no importan ni las condiciones materiales de las personas, ni sus deseos ni sus voluntades, sino que todo lo que vaya en contra de una abstracción previa e impuesta estatalmente es delito, como era durante el feudalismo.

Si, por otra parte, el problema es, como dicen las máximas figuras de este feminismo anti- prostitución, la dificultad probatoria de estos hechos, sin duda aberrantes, y lo que en la jerga jurídica se denomina re-victimización al tener la víctima que revivir los hechos en su declaratoria, entonces la cuestión no sería ni pedirle al estado penas más altas y leyes más duras, que en cierto modo se acercan peligrosamente a discursos abiertamente fascistas como el reclamo de disminución de la edad de imputabilidad, ni quitar la cuestión básica de que a los delitos hay que probarlos, lo cual se cae de maduro. Por el contrario, habría que ver qué ocurre en nuestra sociedad para que las condiciones materiales probatorias de un delito no puedan llevarse adelante y luchar contra eso. Como queda claro en el caso Ojeda y Gamarra, el problema no es la ley (-si hubo o no consentimiento, si tenemos que probarlo o no, etc.-), sino que el aparato judicial y el administrador legítimo de la violencia es la misma cosa que las redes de trata, la corporación médica y las industrias capitalistas[8]. Más aun, el consentimiento y las edades, como queda claro en algunos delitos contra la integridad sexual (es decir, los abusos sexuales contra menores de 13 años de edad donde no hay que probar que haya mediado violencia, por ejemplo), no hicieron que desciendan la incidencia de estos casos ni que presentarlos a la justicia y obtener una respuesta sea más fácil. ¿Cómo se puede creer entonces que una “ley de trata” que no diferencie por edades y consentimiento sí lo logrará?
Para colmo de males, parecen haber olvidado un año fundamental para el feminismo local – 1926- cuando se derogó la minoridad civil de la mujer, es decir, que la ley trate y considere a la mujer en términos legales como a un menor de edad. ¿Cómo es que ahora se desea volver a perder nuestra mayoría de edad como sujetos políticos y de derecho habilitando la posibilidad de intervención del estado en otros ámbitos, hasta ahora libres, que no podemos siquiera concebir en nuestras mentes?[9].
La ley que hasta ahora tenemos es correcta para lo que el sistema jurídico puede entregar, pero las feministas conservadoras, en su celo porque salga la ley de trata como a ellas les parece que debería salir, se olvidan de que el problema no es tanto el texto de la ley sino qué cosa el juez resuelve en cada caso, aun con la “mejor” ley posible. La justicia (estatal) seguirá resolviendo con su indeleble marca de géneros, clases, etnias, y siendo hipócrita, porque ante la ley, no importa que se nos diga, no somos todxs iguales. Es más, puedan o no procesarlo estas feministas en sus mentes, la explotación de una persona (en especial aquellas biopoliticamente asignadas “mujer”), que, demás esta decir, no abarca a la trata entera, puede ser consentida, así como consentimos día a día, que se nos informalice el trabajo, se nos explote y se oprima hasta la ignominia[10].
Así como a ningún anarquista se le ocurre, hasta donde tenemos conocimiento, pedir mejoras a la legislación laboral vigente, seguir estas elucubraciones del feminismo moralista nos desbarranca: no solo terminaremos peticionando ante el estado por una supuesta “mejora”, que esperamos haber probado no es tal, sino que además lo haremos con argumentos reaccionarios y de derecha. Las opciones son: retrocedemos 2500 años a la ley ateniense y su democracia, o cambiamos de sistema. Hay una tercera opción cuyo coletazo de dinosaurio parece no ser visto ni tenido en cuenta: la de los estados totalitarios donde siempre que el estado así lo considere sin necesidad de aportar pruebas se presuma la culpabilidad. Uds. sabrán elegir cuál quieren. Como en el cuento popular inglés, La Pata de Mono de W. W. Jacobs, hay que tener claridad en el deseo antes de efectuar el pedido.














[1] En este trabajo PF no establecerá una posición con respecto a la diferencia entre trabajo sexual, formas de precarización laboral, trabajo informal, subempleo y personas en situación de prostitución. Queda para más adelante.
[2] Aunque en las calles ninguna mujer o travesti podría ser detenida y/o procesada por el ejercicio de la prostitución, la realidad es que existían en la ciudad de Buenos Aires esas zonas oscuras llamadas “contravenciones” (hoy Código de Convivencia) que permiten otro tipo de atropellos policiales (estatales). De todas maneras, esto solo puede ser dicho para la Ciudad de Buenos Aires, fuera de ella, las cosas suelen ser peor.
[3] El convenio para la represión de la trata de personas y de la explotación de la prostitución, que se considera ley modelo para la represión de todos estos delitos, adoptada en la 264 sesión plenaria de la Asamblea General de la Naciones Unidas por Resolución Nro. 317 del 2 de Diciembre de 1949 -en su artículo primero dice “Las Partes en el presente Convenio se comprometen a castigar a toda persona que, para satisfacer las pasiones de otra: 1. concertare la prostitución de otra persona, la indujere a la prostitución o la corrompiere con objeto de prostituirla, aun con el consentimiento de tal persona.”
[4] PF no se responsabiliza por los daños que pueda causar leer ciertas publicaciones como la citada fuente en Internet o en su formato impreso.
[5] PF no se explayará aquí por razones de espacio con respecto a la cuestión del consentimiento, pero se encuentra trabajando sobre este tema con los textos de Butler, Foucault, y Fassin.
[6] No nos desentendemos, como se demostrará más adelante, de los usos de la letra de la ley con respecto a clase, etnia, géneros, etc. Pero lo paradójico es pretender resolver cuestiones de este tipo por medio de la aplicación de leyes, por eso peticionan ante el estado y sus autoridades. Si yo acepto jugar al ludo, no puedo caer al juego con las piezas del ajedrez y pretender que se muevan como si fuera backgamon.
[7] Gran cantidad de conceptos e instituciones son fruto directo o indirecto de lo que podríamos denominar el pensamiento liberal burgués. Así las cosas, el anarquismo discute cuáles de estos conceptos e instituciones pueden ser re-categorizados, re-semantizados o re-utilizados, y cuáles pueden devenir algo nuevo. Sin ir más lejos, “Libertad, Fraternidad e Igualdad”, el slogan de la revolución francesa (burguesa), detenta dos de los conceptos centrales del anarquismo, y nadie diría que debemos considerarlos absurdos solo porque fueron creados durante una revolución burguesa. O la noción de Hombre que usamos hoy también es una creación de la ilustración.
[8] “El caso de Cristina Ojeda y Romina Gamarra es una clara muestra del funcionamiento de las redes mafiosas de trata de personas. Ambas jóvenes consiguieron escapar de un prostíbulo en Santiago del Estero. Luego de varias amenazas les pusieron custodia policial, custodia que ambas compartían a pesar de vivir a siete cuadras de diferencia. El 3 de Noviembre la familia de Cristina denunció su desaparición, tres días después (ella) se presentó en la fiscalía con el abogado Néstor Darío Pereyra sin explicar el cambio de representación legal y cambió su declaración exculpando a los acusados de su secuestro. La fiscal federal Griselda Tessio tomó el testimonio y no verificó el domicilio de la joven, a la fecha la joven continúa desaparecida. Varios días después, Romina Gamara cambió su declaración, luego que un miembro de su familia fuera brutalmente golpeado, hecho que se niegan a denunciar. Romina, con su nuevo abogado, Héctor Tallarico, se presentó ante el juez santafesino Reinaldo Rodríguez, para declarar que niega que fue explotada sexualmente contra su voluntad. El abogado con el que asistió está sindicado como uno de los defensores “de la banda” que capturó a Romina y María Cristina Ojeda.” http://argentina.indymedia.org/news/2007/01/479417.php. Como anarquistas también pensamos que en muchos otros delitos, por ejemplo tráfico de armas, drogas, juego, etc. también está directamente implicado el estado y sus fuerzas de seguridad. Y para ser más clarxs, si las redes de trata son socios directos del poder legislativo y de los aparatos represivos, no serán ellos los que otorguen más protección y salvaguardas a las denunciantes. ¿Qué forma de explotación dentro del capitalismo se realiza sin la complicidad de “policías, jueces, poder político…” y los medios masivos, lo que suele llamarse Aparatos del Estado (simbólicos y represivos)? Más aun, ya Foucault lo había analizado muy mucho, una de las patas donde se apoya el poder de los estados modernos es siempre jurídico- médica.

[9] ¿O alguien pensó acaso que derogado el delito de infanticidio, un día una chica jujeña se vería fuertemente perjudicada al recibir una condena por homicidio agravado por vínculo sin contemplaciones ni miramientos como le ocurrió a Romina Tejerina? ¿O realmente se creyó que derogado el infanticidio estaríamos a un solo paso de la conquista del aborto libre?
[10] En lo que hace a trabajo informal y precarización laboral, es de público conocimiento que cientos de mujeres (mayormente, pero no exclusivamente, extranjeras de países limítrofes) trabajan esclavas o semi esclavas en condiciones laborales dignas de las novelas de Dickens. No se escucha por ellas, muchas también tratadas, el clamor con la misma sonoridad. ¿No es acaso la de ellas la misma dignidad humana y los mismos derechos que se dice defender cuando se habla de trata con fines sexuales? ¿No será que una de las cosas que más molesta, alguien tiene que decirlo de una vez, es el deseo sexual servido ahí en la mesa? Tenemos que tener sumo cuidado que en pos de intentar acabar con una problemática social sin duda gravísima no se terminen generando alianzas con los escuadrones de la moralidad que tan buen servicio saben prestarle al estado. El feminismo sajón sabe bien de esto, en lo que respecta a las leyes anti-pornografía, y cómo sus reformas y consejos fueron tenidos en cuenta por el estado norteamericano en su fase más conservadora, con los resultados que ya conocemos todxs –aunque algunas quieran olvidarlos-. Cf. McKinnon (1980 circa) y, en clave local, la Liga Patriótica para entender qué pasó con lxs anarquistas.

sábado, 13 de diciembre de 2008

15 Tesis anarcoconchudas queer sudakas hasta por el orto (i.e. culo)




Grupo de afinidad Proyectil Fetal
http://www.proyectilfetal.blogspot.com/
www.fotolog.com/proyectilfetal
proyectilfetal@gmail.com

1. Nuestro anarquismo es queer, sudaka, conchudo, e inconveniente. El reloj no nos atrasa un siglo con respecto a lo que está pasando hoy en las calles de l*s excluid*s y l*s anomal*s contra-hegemónicos.


2. Nuestro anarquismo no es solo una teoría en el futuro distante, sino una influencia viva para emanciparnos.


3. Sin una profunda auto-emancipación de todos los presupuestos naturalizados en nuestros cuerpos, productos de la sociedad de control, aún si el estado fuera abolido, la opresión y las prácticas de dominación persistirían.


4. Vivimos con una necesidad inmediata, una urgencia física, carnal, de que el anarquismo se rejuvenezca en un feminismo queer y puto contra hegemónico, que se atreva a hace estallar las bases mismas de la dominación contenida en nuestros corazones.


5. Nuestras expresiones de género son múltiples, e irreductibles a una única lógica y categoría. No queremos ser muchxs, queremos ser inclasificables.


6. Planteamos barricadas atomizadas, atópicas, plurales y surtidas que tiendan, mediante astucias corporales, genitales, sexuales disidentes, no hegemónicas y sus prácticas, a la subversión total y posterior destrucción del sistema heteronormativo, capitalista, totalitario.


7. En cada punto neurálgico donde se manifiesta la dominación hace falta un cuerpo que grite "ANARKÍA" como irrespetuoso alarido y acción en constante devenir y mutación, que choque contra toda jerarquía, todo orden impuesto, toda autoridad.


8. Nos cuestionamos incesantemente para resistir a cierto proceso de devenir "mujer" y poder así construir otras masculinidades porque el binarismo sexual es un aparato ideológico del Estado que, como construcción social, produce una ficción cuyo objetivo es falsificar diferencias económicas, políticas, ideológicas como hechos naturales, y de ese modo, perpetuarlas.


9. Ni binarismo sexual, entonces, ni binomio sexo/género, de cuyas lógicas se desprendan las inequidades, las desigualdades, la división del trabajo y sus tareas.

10. Si lo queer se vuelve normal y respetable deja de ser interesante.


11. La vida tiene el potencial para ser mucho más que "pan, techo, tierra, pareja, procreación".


12. Nuestras resistencias anarco-queer hoy en nuestra región giran en torno a la cuestión de "quiénes somos" y "cómo hemos llegado a ser" lo que somos, rechazando la violencia simbólica y material que anula la individualidad, atacando el poder, donde sea que se encarne, independientemente de la institución que lo represente de manera visible, o invisible.


13. Tod*s l*s oprimid*s deben ser libres, de otr*s y de sí mism*s, esta barricada queer- abyecta feminista llena de pasión, locura y fluidos se levanta con ese objetivo.


14. Llamamos a l*s diver*s, anómal*s, los genitales contra hegemónicos que han sufrido en la carne la apropiación de sus cuerpos, l*s abyect*s, a unirse en anarquía, afinidad, y organización.


15. Levantamos nuestra voz en el concierto social y exigimos nuestra parte de placeres en el banquete de la vida

sábado, 15 de noviembre de 2008

Látigo en mano, Emma Goldman feminista y crítica del feminismo




Por Proyectil Fetal
http://www.proyectilfetal.blogspot.com/
http://uk.mc655.mail.yahoo.com/mc/compose?to=proyectilfetal@gmail.com
http://argentina.indymedia.org/news/2008/11/638244.php

La pequeñez separa, el aliento une, seamos amplias y grandes.
Emma Goldman



La vieja y querida Emma Goldman, a lo largo de su extensa y prolífica carrera dentro del movimiento anarquista del siglo XX, ha producido gran cantidad de textos políticos a los cuales lxs activistas vuelven con mucha menor asiduidad con la que visitan a otros pensadores ácratas. Usualmente estos textos de Goldman son criticados por el feminismo de izquierda por ser justamente lo que son: texto de arenga anarquista en la barricada misma. Proyectil Fetal toma el pensamiento de Emma Goldman, no acriticamente cual gospel libertario, sino para hacerlo vivir en su discusión hoy, y para rescatar la capacidad especial de Emma de meter el dedo allí en la llaga misma del feminismo mainstream de su época y, al mismo tiempo, de oponerse a las prácticas de sus propios compañeros de militancia del movimiento anarquista látigo en mano.
En los textos de Goldman siempre se encuentra una preocupación por la pasión, la alegría y el compartir los cuerpos eróticamente, conceptos claves de la realización de las personas sin los cuales la lucha y la revolución social no pueden realizarse. Aun hoy estas nociones- que en si misma y para su época son de una innovación y radicalidad sin precedentes- superan ampliamente las conceptualizaciones habituales sobre el amor libre anarquista que no llegan a traspasar el límite de formar pareja pero sin contrato legal.
Ahora bien, las nociones más brillantes del pensamiento y acción de Goldman se ven opacadas en una maraña de ideas a veces un poco baladí sobre el rol de la mujer. Es menester encontrar incluso en esos párrafos saturados de romanticismo las figuras de pensamiento que anticiparon conceptos que el feminismo de la segunda ola hizo propios (como la doble jornada, que explicaremos más adelante) o su crítica profunda y audaz al primer feminismo (sufragista) que devendrá feminismo de la igualdad, para devolverle a Goldman su interés por el pensamiento de emancipación de las mujeres. Incluso más, muchas veces Emma Goldman es incorrectamente interpretada por el propio movimiento anarquista[1] cuando toma su crítica cabal al feminismo más popular de su época, anteriormente mencionado, como una crítica a todo el movimiento de emancipación de la mujer al cual tildan de burgués.
Una de las afirmaciones más lúcidas que se puede leer en los textos de Goldman es justamente que no hay un solo feminismo, sino muchos, y no todos tienen el valor y el coraje para cambiar profundamente las estructuras de poder y dominación que habitan en los corazones, incluso de las mujeres. Por ejemplo, en el texto titulado La tragedia de la emancipación de la mujer de 1911 -cf. http://argentina.indymedia.org/news/2008/11/637529.php- ella afirma y visibiliza un eje fundamental del pensamiento anarco queer, a saber: que “El derecho al voto o a la igualdad de derechos civiles pueden ser buenos reclamos pero la verdadera emancipación no empieza ni en las cortes ni en las urnas. Comienza en el alma de la mujer[2].” O por ejemplo, “Ahora la mujer se enfrenta a la necesidad de emanciparse de la emancipación, si realmente quiere ser libre. ¿Qué ha logrado con su emancipación? Sufragio universal en algunas regiones. ¿Purificó eso nuestra vida política, como predijeron muchos bien intencionados defensores? Ciertamente no.” Es usual que frases como estas sean entendidas en desmedro de todos los feminismos a los que se clasifica en bloque como “burgueses” o “reformistas”, y hasta peligrosos para la finalidad de la emancipación de toda la humanidad. Por el contrario, sostenemos que afirmaciones como esta y otras ([la emancipación] “Tendrá que deshacerse de la absurda noción del dualismo de los sexos o del que el varón y la mujer son mundos antagónicos.”) predicen la lucha que hoy encara cierto activismo anarcoqueer contra el dualismo de los géneros y el separatismo de los sexos.
Asimismo, otro de los grandes momentos de este texto[3] advierte sobre dos cuestiones fundamentales: una de pura cepa anarquista- la abolición de toda forma de trabajo asalariada-, y la otra, del feminismo más contemporáneo- la doble jornada laboral, que puede ser entendida como las tareas domésticas (obviamente no remuneradas e invisibilizadas) que las mujeres realizamos en nuestros hogares tras retornar a la “paz” después de un largo y agotador día de trabajo a la par del varón, tareas que, como si fuera poco, se suponen como naturales y propias de las mujeres, y que solo son superadas, en el caso de las que pueden pagarlo, mediante la explotación de otra mujer (empleada doméstica, también conocida como mucama, sirvienta, o simplemente como “la chica”) que “ayuda” en el hogar para que la mujer emancipada económicamente pueda realizarse en su vida profesional, y cuya culpa algunas “feministas” de hoy lavan sacando breves columnas editoriales que critican la ley de trabajo doméstico para estas empleadas en el territorio argentino. La bella indignación anarquista de Emma Goldman no solamente plantea la doble jornada laboral como consecuencia inevitable -en el actual ordenamiento económico- político y en otros que conservan el Estado como forma de transición- de la emancipación sufragista de la mujer sino también desenmascara el doble discurso y la hipocresía de buena parte de los feminismos que derivan de sus hermanas sufragistas, que basan su realización en la explotación de otra mujer, como dijimos antes[4].
El feminismo de Goldman, lo haya o no llamado así para diferenciarse de aquellas a las cuales estaba criticando, inaugura un espacio que hoy lamentablemente no es a menudo ocupado por mujeres que se autodenominen anarquistas, sino por otras que revisan a fondo los presupuesto básicos (y cómodos, a esta altura que la cuestión de la mujer forma parte de las políticas y las agendas de Estado) del feminismo políticamente correcto y/o institucionalizado, que redunda en pacata reducción de toda violencia de género a un mal intrínseco e inmanente a todo otro sexo que no sea aquel biopoliticamente denominado “mujer” en la sala de la corporación médico-jurídica, en especial, los varones y en una fuerte represión sexual que no ha hecho nada por el libre ejercicio de la sexualidad de las mujeres y el uso creativo de sus placeres [5].
¿Qué pasó en el seno mismo del anarquismo más difundido cuando seguimos repitiendo conceptos como que la abolición de todas las inequidades de género será obtenida únicamente tras la revolución social y que hoy por hoy la lucha por la emancipación radical y total de las mujeres y de toda expresión de género subalterna no tiene sentido puesto que “somos todxs iguales para la anarquía”? Esta unidad se torna falsa y peligrosamente cercana a la cuestión principal y secundaria que afirma el marxismo, porque no se unen las individualidades realmente en el aliento por el cual abogaba Goldman sino que muestra la negativa de muchos a deshacerse de sus privilegios de género/sexo para lograr devenir realmente libres e iguales.
Cerremos simplemente con otras destacadas palabras de Goldman que también son aplicables a nuestro anarquismo local no para considerarlo torpemente misógino como hace el feminismo de la izquierda partidaria para captar adeptas a su secta y el progresista para justificar su reformismo, sino para hacerlo crecer y dar el famoso paso adelante que se propone en esta misma frase: “Ciertamente, el movimiento por los derechos de la mujer ha roto muchas cadenas pero también ha forjado nuevas… Necesitamos deshacernos de nuestras viejas tradiciones y hábitos. El movimiento de la mujer, solo ha dado el primer paso. Esperemos que junte coraje para dar el próximo…La mujer debe aprender esa lección, y ser conciente de que su libertad llegará tan lejos como llegue su capacidad para lograrla. De allí que es más importante que ella comience con su regeneración interior para liberarse del peso de los prejuicios, las tradiciones y las costumbres.”
Si, Emma, esperamos, y hacemos el mismo tiempo.

[1] También es usual ver esta interpretació n, en nuestra opinión, incorrecta en los trabajos que la academia produce en torno a la temática anarquista de género que soslaya que el anarquismo, afortunadamente, carece de doctrina o libro canónico unificado y, por ende, no es anti feminista o contra feminista per se, como algunas teóricas quieren, convenientemente para si mismas, hacer ver, tan solo basándose en alguna opinión poco feliz de alguno de los muchísimos pensadores anarquistas que reflexionaron en torno a “la cuestión de la mujer” expresaron.
[2] Esta crítica a los derechos civiles bien puede ser aplicada a las luchas actuales de la mayoría activistas GLTB a nivel internacional y local que buscan el derecho a poder ser una familia pequeño-burguesa normal con todas las de la ley.
[3] “Y todas aquellas que alcancen la deseada igualdad generalmente lo hacen a expensas de su bienestar físico y psíquico. Y para la gran masa de mujeres trabajadoras, ¿cuánta independencia se gana si la estrechez y falta de libertad del hogar es reemplazada por la estrechez y falta de libertad de la fábrica, las tiendas o la oficina? Mas aún después de un duro día de trabajo, está la carga de ocuparse de un “hogar dulce hogar”- frío, atemorizador, desordenado, poco acogedor. ¡Gloriosa independencia! No es sorprendente los cientos de jóvenes dispuestas a aceptar la primera oferta de matrimonio hartas y cansadas de su “independencia” detrás de un mostrador, una máquina de coser o de escribir.”
[4] “Cada movimiento que tiene por objetivo la destrucción de las instituciones existentes y su reemplazo con algo más avanzado, más perfecto, tiene sus seguidorxs que en teoría sostienen las ideas más radicales, pero quienes, sin embargo, en sus prácticas diarias, son como el filisteo promedio fingiendo respetabilidad y pidiendo a gritos que sus enemigos lxs consideren con respeto. Hay socialistas y anarquistas incluso que abogan a favor de la idea de que la propiedad privada es robo, y sin embargo se indignarían si alguien les debe el valor de una docena alfileres.”

[5] “El gran movimiento de verdadera emancipación no se ha encontrado con una gran raza de mujeres que puedan mirar la libertad a la cara. Su visión estrecha y puritana ha desterrado de su vida emocional al varón como personaje molesto y dudoso.”

martes, 11 de noviembre de 2008

La tragedia de la emancipación de la mujer de Emma Goldman


















Proyectil Fetal y Flowerpower

traduccion : Proyectil Fetal y Flowerpower
















Comienzo con una concesión: independientemente de todas las teorías políticas y económicas, que tratan las diferencias fundamentales entre varios grupos dentro de la raza humana, independientemente de la distinción de clase y raza, independientemente de los límites artificiales entre los derechos de la mujer y del varón, sostengo que existe un punto donde estas diferenciaciones pueden converger e integrarse en un todo. Con esto no pretendo proponer un tratado de paz. El antagonismo social general, que ha tomado toda nuestra vida pública, causada por la fuerza de intereses contradictorios y opuestos, se desmoronará cuando la reorganización de nuestra vida social, basada en principios de justicia económica, sean una realidad.

La paz y la armonía entre sexos e individuos no depende necesariamente de una equiparación superficial de los seres humanos, ni tampoco demanda la eliminación de rasgos y peculiaridades individuales. El problema es, en comunión con lxs demás, conectarse profundamente con todxs lxs humanxs y aún así mantener las propias características individuales. Esta me parece que es la base sobre la que masa e individux, el varón y la mujer pueden converger sin antagonismo ni oposición. El lema no debería ser “Perdónense” sino más bien “Entiéndanse”. La famosa frase de Madame de Stael
[1]: “Entender todo significa perdonar todo” nunca me ha gustado, tiene olor a confesión, perdonar al prójimo transmite la idea de superioridad farisaica. Es suficiente con entender al otrx. Esta concesión representa parcialmente el aspecto fundamental de mis ideas sobre la emancipación de la mujer y sus efectos sobre el sexo en su totalidad.
La emancipación debería hacer posible que la mujer sea humana en el sentido más verdadero del término. Todo lo que dentro de ella anhele afirmación e iniciativa o agentividad debería alcanzar su máxima expresión, todas las barreras artificiales deberían romperse, y el camino hacia una mayor libertad despejado de toda huella de siglos de sometimiento y esclavitud. Este fue el objetivo original del movimiento para la emancipación de la mujer. Sin embargo, los resultados hasta ahora obtenidos han aislado a la mujer y la han despojado de la fuente de su felicidad esencial. La emancipación puramente externa convirtió a la mujer moderna en un ser artificial, que nos recuerda a uno de los productos de la arboricultura francesa con sus árboles de arabescos y arbustos, pirámides, ruedas, coronas, cualquier cosa excepto las formas que alcanzaría a través de la expresión de sus propias cualidades internas. Hay muchas de estas plantas de sexo femenino artificialmente engendradas especialmente en la así llamada esfera intelectual de nuestra vida.
¡Libertad e igualdad para la mujer! Cuales fueron las esperanzas y aspiraciones que estas palabras despertaron cuando fueron pronunciadas por primera vez por algunas de las almas más nobles y valientes de aquellos días. El sol con toda su gloria iba a elevarse sobre un mundo nuevo, en este mundo la mujer iba a ser libre para dirigir su propio destino- uno objetivo ciertamente digno de gran entusiasmo, coraje, perseverancia, e incesante esfuerzo, albergado por los primeros varones y mujeres, que apostaron todo contra un mundo de prejuicio e ignorancia.
Mis esperanzas también se dirigen hacia ese objetivo, pero sostengo que la emancipación de la mujer, tal como se la interpreta y aplica hoy, ha fracasado. Ahora la mujer se enfrenta a la necesidad de emanciparse de la emancipación, si realmente quiere ser libre. Esto puede sonar paradójico pero es la pura verdad.
¿Qué ha logrado con su emancipación? Sufragio universal en algunas regiones. ¿Purificó eso nuestra vida política, como predijeron muchos bien intencionados defensores? Ciertamente no. A propósito, es tiempo de que aquellas personas con sólido razonamiento cesaran de hablar acerca de la corrupción en la política con aires de pedantería. La corrupción política nada tiene que ver con la moral o la laxitud de la moral de las personalidades políticas. Su causa es material. La política es el reflejo del mundo comercial e industrial cuyos lemas son “Tomar es mejor que dar”, “Compra barato y vende caro”, “Una mano manchada lava la otra”. No hay esperanzas de que la mujer con el derecho a voto purifique la política.
La emancipación trajo la equidad económica entre el varón y la mujer, es decir, ella puede elegir su propia profesión, un oficio, pero como su entrenamiento físico ni pasado ni presente la dotó de la fuerza necesaria para competir con el hombre, ella se ve obligada a extinguir sus fuerzas, consumir su vitalidad, y tensión a cada nervio para alcanzar el valor del mercado. Pocas lo logran, porque es un hecho de que las maestras, las médicas, las abogadas, las arquitectas, y las ingenieras- teniendo la misma confianza que sus colegas varones- no reciban la misma remuneración. Y todas aquellas que alcancen la deseada igualdad generalmente lo hacen a expensas de su bienestar físico y psíquico. Y para la gran masa de mujeres trabajadoras, ¿cuánta independencia se gana si la estrechez y falta de libertad del hogar es reemplazada por la estrechez y falta de libertad de la fábrica, las tiendas o la oficina? Mas aún después de un duro día de trabajo, está la carga de ocuparse de un “hogar dulce hogar”- frío, atemorizador, desordenado, poco acogedor. ¡Gloriosa independencia! No es sorprendente los cientos de jóvenes dispuestas a aceptar la primera oferta de matrimonio hartas y cansadas de su “independencia” detrás de un mostrador, una máquina de coser o de escribir. Están tan dispuestas a casarse como chicas de clase media que anhelan quitarse el yugo de la supremacía parental. La así llamada independencia que lleva a tan sólo alcanzar la mera subsistencia no gusta tanto, ni es tan ideal, como para que una mujer sacrifique todo. Nuestra tan preciada independencia es, después de todo, un proceso lento de embotamiento y endurecimiento de la naturaleza de la mujer, de su instinto de amor y de su instinto maternal. Sin embargo, la posición de la joven trabajadora es más natural y humana que aquella de su aparentemente más afortunada hermana profesional-maestras, físicas, abogadas, ingenieras- , que tiene que tener una apariencia digna y apropiada mientras la vida interna crece vacía y muere. La estrechez de la concepción existente de la independencia y emancipación de la mujer, el miedo a amar a un hombre que no es de su clase social, el miedo a que el amor le sustraiga la libertad y la independencia, el horror de que el amor o la dicha de la maternidad sólo la limite en el completo ejercicio de su profesión: todo esto junto hace de la mujer moderna emancipada sea una virgen vestal, ante la cual la vida, con sus grandes penas clarificadoras y sus profundas extasiantes felicidades, se desarrolla sin tocarle o arrebatarle el alma. La emancipación tal como la entiende la mayoría de sus exponentes y defensoras es demasiado estrecha como para permitir el amor sin barrera y el éxtasis contenido en la profunda emoción de la mujer verdadera adorable, madre en libertad.
La tragedia de la mujer económicamente independiente y emancipada yace en no demasiadas sino más bien pocas experiencias. Es cierto, ella supera a sus hermanas de las pasadas generaciones en el conocimiento del mundo y de la naturaleza humana, ella siente una profunda falta de esencia que por si sola podría enriquecer el alma humana, y sin la cual la mayoría de las mujeres se transforman en meras autómatas profesionales. Que tales acontecimientos habrían de acontecer fue previsto por aquellos que se dieron cuenta que, en el dominio de la ética, todavía quedaban muchas ruinas en desintegración de los tiempos de la superioridad indiscutida del varón, ruinas que todavía hoy se consideran útiles. Y lo que es más importante, un gran número de mujeres emancipadas no son capaces de relacionarse con ellas. Cada movimiento que tiene por objetivo la destrucción de las instituciones existentes y su reemplazo con algo más avanzado, más perfecto, tiene sus seguidorxs que en teoría sostienen las ideas más radicales, pero quienes, sin embargo, en sus prácticas diarias, son como el filisteo promedio fingiendo respetabilidad y pidiendo a gritos que sus enemigos lxs consideren con respeto. Hay socialistas y anarquistas incluso que abogan a favor de la idea de que la propiedad privada es robo, y sin embargo se indignarían si alguien les debe el valor de una docena alfileres.
Estxs filistexs también se encuentran en el movimiento de mujeres. Los periodistas amarillistas y los intelectualoides han plasmado imágenes de la mujer emancipada que le pondrían los pelos de punta a cualquier buen ciudadano y a su aburrida pareja. Cada miembro del movimiento de derechos de la mujer fue retratada como George Sand
* en su absoluto desacato a la moralidad. Nada era sagrado para ella. No tenía respeto por el ideal de relación entre el varón y la mujer. En resumen, la emancipación era vista como una vida temeraria de lujuria y pecado, independientemente de la sociedad, la religión y la moral. Las exponentes del movimiento de derechos de mujeres estaban indignadas por tal representación y sin humor, utilizaron todas sus energías en probar que ellas no eran así sino todo lo contrario. Por supuesto, mientras una mujer fuera la esclava del varón, no podría ser casta y pura, pero ahora que era independiente y libre probaría cuán buena podría ser y que su influencia tendría un efecto purificador sobre todas las instituciones sociales. Ciertamente, el movimiento por los derechos de la mujer ha roto muchas cadenas pero también ha forjado nuevas. El gran movimiento de verdadera emancipación no se ha encontrado con una gran raza de mujer que puede mirar a la libertad a la cara. Su visión estrecha y puritana ha desterrado de su vida emocional al varón como personaje molesto y dudoso. No se iba a tolerar al hombre bajo ningún punto, excepto al padre de su hijx, ya que unx niñx no podría desarrollar su vida correctamente sin un padre. Afortunadamente, las más rígidas puritanas no serán nunca suficientemente fuertes como para matar el deseo innato de maternidad. Pero la libertad la mujer está íntimamente relacionada con la del varón, y muchas de las así llamadas hermanas emancipadas tienden a pasar por alto el hecho de que unx niñx nacidx en libertad necesita el amor y la devoción de cada ser humano que le rodea, varón o mujer. Desafortunadamente, es esta concepción limitada de las relaciones humanas que ha causado la tragedia en las vidas del varón y mujer modernxs.
Hace 15 años apareció un trabajo de la brillante noruega, Laura Marholm
[2], titulado Mujer, un estudio de personalidad. Ella fue una de las primeras en llamar la atención acerca del vacío y la estrechez de la concepción existente de la emancipación de la mujer, y su efecto trágico en la vida interior de la mujer. En su trabajo Marlhom habla del destino de varias mujeres talentosas de fama internacional: el genio de Eleonora Duse[3], la gran matemática y escritora Sonya Kovalevskaia[4], la artista y poeta natural, Marie Bashkirtzeff[5] que muere joven. A través de cada una de las descripciones de las vidas de estas mujeres de tan extraordinaria mentalidad corre una estela marcada de deseos insatisfechos por una vida completa y hermosa, y la inquietud y soledad que resultan de su falta. De estos bocetos psicológicos magistrales unx no puede evitar ver que cuanto más alto el desarrollo mental de la mujer, más difícil es para ella encontrar una pareja que vea en ella, no sólo sexo, sino también a la amiga, al ser humano, a la camarada y a una individualidad fuerte, que no pierda ni un solo rasgo de ella. El varón promedio con su autosuficiencia, sus ridículos aires de superioridad como patrón de la mujer, es una imposibilidad para la mujer descripta en el libro de Laura Marholm un Estudio de Personalidad. Igualmente imposible es el hombre que no ve nada en ella sino su mentalidad y su genio, y que fracasa en despertar su naturaleza de hembra.
Se considera usualmente que un intelecto rico y un alma refinada son atributos necesarios de una personalidad profunda y hermosa. En el caso de la mujer moderna, estos atributos sirven de obstáculo para una afirmación completa del ser. Por más de 100 años la antigua forma del matrimonio basada en la Biblia, hasta que la muerte nos separe, ha sido denunciada como una institución que representa la soberanía del varón sobre la mujer de la completa sumisión a sus caprichos y órdenes y absoluta dependencia en su nombre y en su apoyo. Una y otra vez, se ha probado de manera concluyente que la antigua relación matrimonial restringía a la mujer a la función de sierva del hombre y reproductora de sus hijxs. Y aun así encontramos muchas mujeres emancipadas que prefieren casarse por las cadenas de la moral y el prejuicio social que condicionan y limitan su naturaleza.
La explicación de tal inconsistencia por parte de muchas mujeres avanzadas se encuentra en el hecho de que nunca entienden verdaderamente el significado de emancipación. Pensaban que todo lo que era necesario era una independencia de las tiranías externas: mientras que no se tenía en cuenta a los tiranos internos, mucho mas dañinos a la vida y al crecimiento- convenciones éticas y sociales- que parecen llevarse mucho mejor en las cabezas y los corazones de las exponentes más activas de la emancipación de la mujer, que en los corazones y las mentes de nuestras abuelas.
Estas tiranías interiores, en forma de opinión pública o del qué dirán, todxs lxs detectives de la moral llámense madres, tíos, hermanos, parientes, autoridades educativas y demás carceleros del espíritu humano ¿qué dirían? Hasta que la mujer no haya aprendido a desafiarlos a todxs, mantenerse firme en su posición e insistir sobre su ilimitada libertad para escuchar la voz de su naturaleza, ya sea que reclame el tesoro más grande de la vida, el amor por un hombre, o su privilegio más grande, el derecho a dar a luz, ella no podrá llamarse a sí misma emancipada.¿ Cuántas mujeres emancipadas son lo suficientemente valientes para reconocer que la voz del amor está llamando salvajemente latiendo en el corazón, demandando ser escuchada, ser satisfecha? El escritor francés, Jean Reibrach, en una de sus novelas, Nueva Belleza, intenta imaginar la mujer ideal, bella, emancipada. Este ideal está encarnado en una joven, una física. Ella habla con inteligencia y sabiduría de cómo alimentar niñxs, es amable y les administra medicamentos gratuitos a aquellas madres sin recursos. Conversa con un muchacho amigo acerca de las condiciones sanitarias del futuro y de cómo los bacilos y gérmenes varios serán exterminados usando pisos y paredes de piedra. Y deshaciéndose del tapete de la entrada y de los percheros. Ella está sin duda vestida de manera práctica y simple, mayormente de negro. El muchacho, que, en la primera cita se ve avasallado por la sabiduría de su amiga emancipada, lentamente aprende a entenderla y un día se enamora. Son jóvenes y ella es amable y hermosa y a pesar de llevar puesto siempre un atuendo severo, su apariencia se suaviza por los blancos e inmaculados cuellos y puños. Se esperaría que él le confesara su amor, pero el muchache no es alguien que cometa absurdos románticos. La poesía y el entusiasmo del amor cubren sus caras sonrojadas ante la belleza pura de la dama. Él silencia la voz de la naturaleza sin faltarle el respeto. Ella también es siempre exacta, siempre racional, siempre se comporta bien. Temo que si hubieran formado una unión el muchacho habría arriesgado congelarse hasta la muerte. Debo confesar que no puedo ver nada bello en esta nueva belleza, que es tan fría como las paredes y pisos de piedra con los cuales ella soñaba. Yo preferiría las canciones de amor de las épocas románticas, Don Juan y Madame Venus, fugarse con unx amante bajando por una cuerda a la luz de la luna, perseguidxs por la maldición del padre y el llanto de la madre, y el comentario moralista de los vecinos, preferiría todo esto que la corrección y la propiedad comedidas. Si el amor no sabe dar y recibir sin restricciones, no es amor, sino una transacción que nunca deja de hacer hincapié en el debe y en el haber. La mayor desventaja de la emancipación actual yace en su rigidez artificial, y en su estrecho decoro. El decoro que produce un vacío en el alma de la mujer y que no le permitirá beber de la fuente de la vida. Una vez recalqué que parecía haber una relación más profunda entre la madre chapada a la antigua y la anfitriona, en la búsqueda de la felicidad para sus pequeñxs y para aquellxs que ama, y la verdadera mujer nueva, se encuentra entre ésta última y la mujer emancipada promedio. Las discípulas de la pura emancipación me declararon hereje apta solamente para la hoguera, su ciego entusiasmo no les permite ver que mi comparación entre el modelo viejo y el nuevo sólo era para probar que un gran número de nuestras abuelas tenían más sangre en las venas, más humor y picardía, y ciertamente una gran cantidad de naturalidad, buen corazón y simpleza que la mayoría de las mujeres profesionales emancipadas que llenan las universidades, las casas de estudio y las oficinas. Esto no quiere decir que deseo volver al pasado y que no condeno a la mujer a su vieja espera de la cocina y el cuidado de lxs niñxs. La salvación reside en una enérgica marcha hacia un futuro más brillante y más claro. Necesitamos deshacernos de nuestras viejas tradiciones y hábitos. El movimiento de la mujer sólo ha dado el primer paso. Esperemos que junte coraje para dar el próximo. El derecho al voto o a la igualdad de derechos civiles pueden ser buenos reclamos pero la verdadera emancipación no empieza ni en las cortes ni en las urnas. Comienza en el alma de la mujer .La historia cuenta que cada clase oprimida obtiene su verdadera liberación a través de su propio esfuerzo. La mujer debe aprender esa lección, y ser conciente de que su libertad llegará tan lejos como llegue su capacidad para lograrla. De allí que es más importante que ella comience con su regeneración interior para liberarse del peso de los prejuicios, las tradiciones y las costumbres. La demanda de iguales derechos es justa y correcta pero después de todo, el derecho más vital es el derecho a amar y ser amadas. De hecho, si la emancipación parcial va a convertirse en una emancipación completa tendrá que deshacerse de la ridícula noción de que ser amada , ser amante , ser madre es sinónimo de ser esclava o ser subordinada. Tendrá que deshacerse de la absurda noción del dualismo de los sexos o del que el varón y la mujer son mundos antagónicos.
La pequeñez separa, el aliento une, seamos amplias y grandes. No subestimemos cosas vitales por el sinfín de nimiedades que nos confrontan. Una verdadera concepción de la relación de los sexos no admitirá conquistadxs y conquistadorxs, sólo sabe de una cosa: brindarse ilimitadamente para encontrase a sí mismx más ricx, más profundx. Sólo eso llenará el vacio y transformará la tragedia de la emancipación en alegría- ilimitada alegría.-

[1] Hija del financiero Jacques Necker, ministro de Luis XVI, nacido en Ginebra (Suiza) y de Suzanne Curchod, suiza francesa del cantón de Vaud. Desde muy joven mostró en el Salón literario de su madre un especial buen juicio. Seguidora de los filósofos franceses del Siglo XVIII, ya a los 22 años escribe una Carta sobre el carácter y las obras de Jean-Jacques Rousseau. Contrajo matrimonio y tuvo tres hijos con el embajador de Suecia en París en 1786 y convirtió su salón en uno de los principales centros literarios y políticos de la capital francesa. Durante la Revolución Francesa toma parte activa, apoyando a Talleyrand, pero tras la caída de la monarquía, abandona Francia (1792) y viaja a Suiza. Allí se vuelve a encontrar con Benjamín Constant a quien había conocido en un viaje anterior y con quien mantuvo unas borrascosas relaciones sentimentales hasta 1808. Sus primeros ensayos y su novela Delphine, en la que preconiza la libertad de elección sentimental sobre los convencionalismos sociales, la sitúan dentro del naciente movimiento romántico. En 1797 regresa a París se muestra fascinada por la figura de Napoleón Bonaparte. Sin embargo éste se muestra receloso ante una mujer dedicada a la política, que participa en intrigas palaciegas y ante la que se evidencia su escasa elocuencia. Al situarse además su amante Benjamín Constant en la oposición, Napoleón insta a Madame de Staël a alejarse de París (1803), y se muestra inflexible a las peticiones de todos los amigos de ésta para que le permita regresar. Tras enviudar en 1802 se casa en segundas nupcias con John Rocca, un joven militar suizo. En 1807 publica Corinne, una nueva novela. También destacaría Alemania, que Napoleón destruye en 1810 cuando está a punto de ser publicada y que se ve obligada a editar en Londres en 1813 y sus Cartas, memorias políticas publicadas en 1788. Además escribió novelas, ensayos y trabajos históricos y críticos. Tras la Restauración regresa a Francia, en donde muere en 1817.

* George Sand, seudónimo de Amandine-Aurore-Lucille Dupin, baronesa Dudevant (París, 1 de julio de 1804 - Nohant, 8 de junio de 1876). Escritora francesa.Nació en París, hija de padre aristocrático y madre de la clase media, siendo educada durante gran parte de su infancia por su abuela en la localidad de Nohant, en el condado de Berry, en Francia, lugar que luego aparecería en algunas de sus novelas. En 1822, contrajo matrimonio con el Baron Casimir Dudevant, y tuvieron 2 hijos, Maurice, nacido en 1823 y Solange, nacida en 1828. En 1831, se separó de su esposo llevándose a sus dos hijos y se instaló en París. Cinco años después obtiene el divorcio.Su primera novela, Rosa y Blanco ("Rose Et Blanche"), fue escrita en 1831 en colaboración con Jules Sandeau, de quien tomó presumiblemente su seudónimo de Sand.Luego de abandonar a su esposo, Aurore comenzó a preferir el uso de vestimentas masculinas, aunque continuaba vistiéndose con prendas femeninas en reuniones sociales. Este "disfraz" masculino le permitió circular más libremente en París, y obtuvo de esta forma, un acceso a lugares que de otra manera hubieran estado negados para una mujer de su condición social. Esta era una práctica excepcional para el siglo XIX, donde los códigos sociales, especialmente de las clases altas, eran de una gran importancia. Como consecuencia, ella perdió una parte de los privilegios que obtuvo al convertirse en una baronesa. Entre sus novelas más exitosas se encuentran Indiana (1832), Lelia (1833), El compañero de Francia (1840), Consuelo (1842-43), Los maestros soñadores (1853).
En El pantano del Diablo (1846), cuenta experiencias de su infancia en el campo y escribe sobre temas rurales. Otras obras de este tipo son El molinero de Angibault (1845), François le Champi (1847-48) y La Petite Fadette (1849).Entre sus obras de teatro y autobiográficas se encuentran Historia de mi vida (Histoire de ma vie, 1855), Elle et Lui (1859) donde cuenta su relación con Musset; Journal Intime (obra que se publicara póstumamente en 1926), y CorrespondenciaAdemás, George Sand escribió varios textos acerca de críticas literarias y políticos. Aurore Dupin falleció en Nohant, cerca de Chateauroux, en Francia, el 8 de junio de 1876 a la edad de 72 años y se la enterró en tierras de su hogar en Nohant. En el año 2004, se sugirió mover sus restos al Panteón en París.
[2] Laura Marholm, rusa procedente de Latvia , escribió artículos sobre la literatura escandinava para el St. Petersburger Zeitung que brindan un bello modelo para la compleja interacción cultural de la región<>
[3] Sus padres eran los actores Alessandro Vincenzo Duse y Angelica Cappelletto. Su primer papel protagónico lo realizó a los 14 años; encarnó la Julieta de Shakespeare y consiguió su primer gran triunfo con La princesa de Bagdad, de Dumas. Se buscó crearle rivalidad con la famosa actriz francesa Sarah Bernhardt, quien era contemporánea suya; sin embargo, poseían estilos muy diferentes, ya que Eleonora buscaba comprender la mentalidad del personaje y Sarah le imprimía su sello personal a los personajes que interpretaba. En 1881 se casó con Tebaldo Checchi, unión de la que nació su hija Enrichetta. En 1885 aceptó un contrato para una gira por América del Sur, y entonces su fama, ya excepcional en Italia, sobrepasó las fronteras. En esta época conoció a Arrigo Boito, de quien aprendió el valor del estudio y de la elevación espiritual y cultural. En el transcurso de una gira triunfal por Europa (1891-1892) inició, en Viena, la batalla en favor de Ibsen, imponiendo al público la discutida Casa de muñecas. En 1893 obtuvo un gran éxito en América del Norte y en otros países extranjeros. En 1894 se produjo su primer encuentro con D'Annunzio, que estaba entonces en la cúspide de su fama. El triunfo obtenido en París con Sueño de una mañana de primavera (1897), obra de este autor, la convenció de que había encontrado al creador de la tragedia moderna. Desde entonces su repertorio estuvo formado casi exclusivamente por obras de este autor. Esta relación terminó en 1910, cuando el polémico escritor estaba metido en asuntos políticos (el escritor fue precursor del fascismo italiano) y despreocupado totalmente por Eleonora. La ruptura de esos amores y una crisis de tipo religioso la llevaron, después de su éxito con La Locandiera de Goldoni, en 1909, a abandonar inesperadamente el teatro, permaneciendo retirada durante doce años. Durante la guerra de 1914-18 la actriz prodigó su asistencia a los heridos y dio recitales en los frentes. Reapareció ante el público en Turín en 1921 con La dama del mar, negándose a ser maquillada y preocupándose tan sólo de ofrecer al público no una ficción, sino el fruto de una ansiosa búsqueda de la verdad interior. Añadiendo a su repertorio otras obras, reemprendió una nueva etapa de su vida artística, iniciando otra gira por Norteamérica, donde la sorprendió la muerte.

[4] Sonia Kovalévskaya fue una matemática rusa del siglo XIX, que para poder estudiar en la universidad tuvo que salir fuera de Rusia, pedir permisos especiales para asistir a clase y solicitar clases particulares a ilustres matemáticos. Después de obtener el doctorado en Matemáticas, a pesar de que ninguna universidad en Europa admitía a una mujer como profesora, consiguió serlo en la entonces recién creada Universidad de Estocolmo. Sus investigaciones se centran en el Análisis Matemático. Su nombre ha pasado a la historia por el Teorema de Cauchy-Kovaleskaya. Su especialización, por lo que en su época fue conocida en toda Europa, era la teoría de funciones abelianas. Su trabajo sobre los anillos de Saturno representa su aportación a la matemática aplicada. Su mayor éxito matemático fue su investigación sobre la rotación de un sólido alrededor de un punto fijo por el que obtuvo el Premio Bordin de la Academia de Ciencias de París. Su trabajo póstumo, una simplificación de un Teorema de Bruns. Sonja, Sofja, Sonya, Sophie, Sophia, Sonia, Sofya, son algunos de los nombres que hacen referencia a esta mujer excepcional como escritora, como matemática y como persona. No sólo fue la primera mujer que se doctoró en Matemáticas y consiguió ser profesora de Universidad, sino que también escribió obras literarias.El relato de su corta vida es fascinante. Comenzó en un pueblecito de Rusia, donde vivió su adolescencia y desde allí, en una época en la que las mujeres carecían totalmente de autonomía y les estaba totalmente prohibido asistir a la universidad, su genio matemático, su espíritu libre y su especial personalidad para superar las barreras que se interponían a sus aspiraciones, le permitieron alcanzar las más altas cotas del pensamiento científico. Su talento literario, plasmado en su obra autobiográfica Recuerdos de la infancia, nos conmueve. Llegó a ser amiga y colega de los más grandes matemáticos de la época como Weierstrass, Poincaré, Chevichev, Hermite, Picard, Mittag-Leffler, etc., y de científicos y literatos como Darwin, Elliot, Ibsen, Mendeleyev, Dostoyesky, etc. Todo esto podía ser suficiente para interesarnos por su vida, pero, ante todo fue "una gran matemática" creativa, original e innovadora.
[5] En el seno de una familia nobiliaria menor de provincia, Marija Konstantinovna Bashkirtseva, había nacido el 24 de noviembre de 1858 (*) en Gavronzi, población rural de Poltava, en aquella Ucrania que por mucho tiempo fue la más europea de las Rusias. Separados sus padres, su infancia transcurre en la provincia de Kharkov, en tierras de la madre. A los doce años, luego de temporarias estadías en Viena, Badén y Ginebra, con la familia trashumante (abuelo Babanine, mamá Marie, tía Nadine, tío Georges, su hermano menor, Paul, la prima Dina y hasta un viejo médico amigo) se instalan en una villa que adquieren en Niza. Allí, en la Riviera francesa y bajo los Alpes mediterráneos, es donde esboza los primeros escarceos con la literatura: a los catorce años iniciará la redacción de un Diario que, sin pudores, pondrá al descubierto su particular psicología. Amiga de literatos y de pintores, pintora de talento ella misma, prolífica escritora, escultora, cantante, lectora ávida e incansable, mujer de mundo que dominaba cinco idiomas y deslumbraba en los salones de baile, la virgen eslava -como la llamaron- ha sido, por su belleza, su talento artístico y su vida trágica, una de las figuras más románticas del periodo cultural más intenso del siglo XIX. Inevitablemente feminista, en una época de sometimiento para la mujer en que no existían muchos más caminos que el matrimonio, protestó amargamente y luchó contra todos los obstáculos para llevar adelante su vocación artística. Vivió y escribió apasionadamente y las páginas de su Diario no pueden sino leerse con la misma pasión y despertar simpatía y complicidad. Hoy día sus cuadros se exponen en distintos museos de Europa y la obra monumental que escribió se recopila por primera vez para una edición completa. Murió prematuramente en los primeros escarceos con el éxito artístico, cuando aún era toda promesa.

sábado, 20 de septiembre de 2008

nuestra legítima rareza: notas incompletas sobre el matrimonio GLTB y sus consecuencias


Nuevo proyectil...



Desarrollando nuestra legítima rareza: notas incompletas sobre el matrimonio GLTB y sus consecuencias


por Proyectil Fetal

“El impulso que se le da al matrimonio gay es la respuesta avergonzada al Sida para repudiar nuestra promiscuidad y parecer saludable y normales”
Judith Butler


El discurso dominante entre las personas GLTTTBI y el progresismo culpógeno sostiene que es intolerable que no haya igualdad de derechos en nuestra sociedad (incluso en aquellos países económicamente desarrollados). Es por eso que, ya sea de manera conciente o inconciente, basándose en el mito del derecho a la igualdad por encimo de todo, reclaman para si la posibilidad de elegir contraer matrimonio (con todas las prerrogativas materiales y simbólicas que conlleva- solo por mencionar una o dos: la obligación a tener sexo, y el débito conyugal) como lo hacen las demás personas, despertando desde las más furibundas reacciones homofóbicas dentro de las instituciones clásicas que ya todxs conocemos, o hasta incluso manteniendo ciertos límites en lo que respecta a las mentes menos conservadoras (por ejemplo, sería correcto que puedan casarse, pero no que dos varones críen un hijo o una hija, ni que las personas GLTB tengan derecho a la adopción).
En este contexto, donde maniqueamente hay que ponerse a favor o en contra, y donde cualquier intento de hilar más fino es entendido como rizar el rizo o convertirse en un fachista, nuestra labor, como anarquistas queer, es tomar posturas a contrapelo de lo que parece “lo conveniente” y optar por el lugar “incómodo”.
Para empezar, y siguiendo a Judith Butler en Deshacer el Género, la primera apreciación que deberíamos hacer es la diferencia entre matrimonio y parentalidad, y entre parentalidad y parentesco. En la noción popular que el difuso activismo GLTB en general también ayuda a respaldar, las tres nociones se confunden y se homologan en una sola, todos productos de la primera- matrimonio - encargada, como efecto colateral, de organizar la sexualidad al servicio de la producción y reproducción. Así como la anarquista Emma Goldman, a principio del siglo XX, no exenta de un romanticismo baladí, cuestionaba al matrimonio como algo opuesto diametralmente al amor, como un mero contrato económico donde la mujer quedaba subsumida a un rol peor que el de una trabajadora sexual, puesto que ésta vende su cuerpo por hora, y la esposa lo vende por un único pago de por vida, nosotrxs también creemos que el matrimonio (de cualquier índole) no solo es una calamidad, sino que no existe posibilidad alguna en el horizonte de inteligibilidad anarquista de que ningún tipo de matrimonio sea algo deseable ni que deba ser el canal por el cual se legitiman nuestros deseos y prácticas. Más aun, muchas relaciones de parentesco hoy por hoy, a la vuelta de casa, delante de nuestras narices, no se ajustan al modelo de la familia nuclear y exceden las concepciones jurídicas vigentes y funcionan, de hecho, según pautas no formalizables. El parentesco existe, asuma o no una forma familiar reconocible por el Estado y sus instituciones. La tradición anarquista conoce, bajo el concepto de afinidad, el cuidado, agrupamiento, o vínculos humanos que no se ajustan, ni desean ajustarse, a las reglamentaciones sociales, y que no tienen al matrimonio (ni a la pareja) como el horizonte de inteligibilidad o matriz para pensar las maneras en las que vehiculizamos nuestros afectos[1].
Pero si la parentalidad y el parentesco son solo legibles en términos de contratos matrimoniales y/o uniones civiles, nunca podrán ser ya separados de las cuestiones de propiedad privada, concibiendo a las personas como propiedad de sus progenitores y sus parejas. Asimismo, se volverá a repetir la ficción mítica de los lazos de sangre como lo más sagrado y de los intereses nacionales y raciales que sustentan tales lazos, porque el matrimonio, gay o no gay, tiene como principal objetivo establecer el racionamiento simbólico de las relaciones de pareja y de sus frutos por parte del Estado.
Reclamar el derecho al matrimonio tiene, como presupuesto básico, que el Estado es el encargado de distribuir de manera indiscriminada, independientemente de todo, derechos y responsabilidades que son inmanentes, inherentes y privativos del ser humano por ser lo que es. Esto deriva en la subsiguiente intensificación de la normalización, fortalece al Estado y lo convierte en el gestor único e indiscutible de entregar la divisa que se debería obtener porque sí, al nacer.
Y la pregunta emerge por si sola: ¿Qué pasó con el proyecto radical de articular e impulsar la proliferación de prácticas sexuales fuera del matrimonio y de las obligaciones de parentesco?
Además, así como el anarquismo increpó al marxismo que creía que porque el Estado era obrero no iba a reproducir las relaciones autoritarias y jerárquicas, ¿qué le hace creer a la comunidad GLTB que las formas tradicionales y conocidas de organización sexual y de reproducción, por el mero hecho de su conformación sexual o su orientación sexual, estarán eximidas de las relaciones de poder que redundan en la actualidad en abusos de todo tipo, violaciones, muerte, y todas las aberraciones que el feminismo históricamente nos ha señalado que emergen del matrimonio?
Para colmo de males, la delimitación de las formas de relación que el Estado legítima solo tendrá lugar por medio de algún tipo de exclusión, si bien no evidentemente dialéctica, y de una jerarquización entre lxs aspirantes a la normalidad, y aquellxs que, ya sea porque no pueden o porque no quieren, no son elegibles. La pareja gay o lesbiana, estable ,que se casaría si pudiera es considerada ilegítima pero elegible para una futura legitimidad, mientras que los agentes sexuales que funcionan fuera del ámbito del vínculo matrimonial y de sus formas alternativas ahora constituyen posibilidades sexuales que nunca serán elegibles para una traslación a la legitimidad, incluso con prácticas sexuales tradicionales, o sin ellas. Ya no hace falta sostener las otrara llamadas “prácticas contra natura” o “sodomía” para quedar fuera del patrón gay de elegibilidad potencial.
Estamos hablando justamente de un campo sexual cuyo punto de referencia, cuyo máximo deseo no es la legitimidad, y por qué no decirlo, la parentalidad. Las prácticas sexuales y las relaciones que quedan fuera del límite de la ley se vuelven ilegibles o insostenibles mientras que en el discurso público emergen nuevas jerarquías que refuerzan la distinción entre vidas legítimas e ilegítimas y producen distinciones que van limitando los términos de lo pensable. El matrimonio, dado su peso histórico, se convierte en una opción sólo como norma que excluye opciones y que se extiende a relaciones de propiedad y hace más conservadoras las formas sociales de la sexualidad.
Por eso es que afirmamos que los contratos legales y/o el matrimonio no deberían ser nunca la base sobre la que se asignan los beneficios sociales, civiles, reproductivos y de todo tipo, ni podemos utilizar la respuesta contra la homofobia,- a la cual hay que darle batalle sin cuartel, por el solo hecho de existir, y en todas partes y en todo momento-, como el parámetro para basar una acción política. ¿Acaso debemos defender el derecho al matrimonio GLTB porque los heterosexuales nos lo niegan? ¿Acaso no hay maneras más inteligentes de organizar nuestra autoprotección que no sea a través del la legitimación y reconocimiento del Estado? ¿No vemos que el matrimonio gay es una nueva oportunidad de establecer una jerarquía de organización sexual binaria legítima contra todxs aquellxs raritxs que no quieran o no puedan casarse, por el motivo que sea? ¿No podemos encontrar otras formas de sentirnos posibles, inteligibles, hasta reales además de la esfera de racionamiento Estatal?
Pero no está todo perdido. Y aunque, como se ve claramente en este escrito, mucho nos queda por pensar, allí en el corazón mismo del no reconocimiento se encuentra la oportunidad de resistir, el reservorio de subversión que las pasiones ilegitimas detentan. Lo impensable, como lo más critico, lo más radical, lo más valioso y como lo sexualmente irrepresentable, tales posibilidades sexuales pueden ser lo sublime en el campo contemporáneo de la sexualidad, el lugar, como dijimos antes, que la normatividad no se apropió. Es menester entonces ocupar otro lugar atópico, no delimitado, de una libertad radical, no lugares en los que nos encontramos a pesar de nosotrxs mismxs. Ostentar prácticas socio-sexuales que no parecen revestir coherencia inmediata en el léxico disponible de la legitimación y que por ende, eluden, incluso sin proponérselo, la normativización. Y por sobre todas las cosas no olvidarnos de revisar la organización social de la amistad, los contactos sexuales y la creación de comunidades propias y subterráneas bajo sus propias lógicas para crear formas de respaldo y de unión que piensen su deseo y su pasión hic et nunc por fuera del deseo del Estado.
No somos ingenuxs. La privación o la resistencia a la normalización suponen privaciones a los derechos que agravan los golpes de la vida cotidiana que ya sufren per se las individualidades que podríamos denominar queer. Pero sí abogamos por pensar conjuntamente formas críticas de esquivar el control estatal porque no estamos dispuestxs a perder nuestro poder inherentemente subversivo. Cuando nos negamos a permitir que el campo de la sexualidad se evalúe en relación con la forma matrimonial o cuando nos negamos a que la sexualidad se evalúe en relación con la forma matrimonial se desarrolla una transformación más radical por fuera del estúpido romanticismo que tantas lagrimas nos hizo derramar y a favor de las pasiones fulminantes.

[1] Esta posición lamentablemente no solo no es retomando por la mayoría de las individualidades y organizaciones que reclaman para si el anarquismo, sino que para colmo de males, cuando es recordada solo lo es en el plano de la enunciación retórica. Históricamente, convivió con otras donde, por ejemplo, el núcleo de la pareja siguió considerándose fundamental con una exaltación del rol de la madre.

viernes, 1 de agosto de 2008

domingo


Compañeras/os: El domingo 3 de Agosto a las 17 hs., el Consejo Federal de la F.O.R.A organizara unacharla-debate antimilitarista, junto con la presentación de la revistaPeriferica de Paraguay (a cargo de miembros del grupo editor), en el localde la F.O.R.A. (Coronel Salvadore 1200, La Boca). Esperamos contar con supresencia. Salud y Revolucion Social! Noelia AbastoSecretraria SROVCAdherida FORA-AIT

domingo, 27 de julio de 2008

Convocatoria Latin Queer


sábado 26 de julio de 2008


Centaura Nigra Ediciones, editorial independiente y feminista que trabaja desde Madrid, estrena un nuevo proyecto-Latin Queer 2008- y nos invita a participar en él y difundirlo.
Proyecto Latin Queer 2008
1ª BuscamosArtistas, teóric@s, escritor@s, así como a tod@s aquell@s individuos o grupos que estén trabajando/experimentando/practicando/escribiendo de forma encarnada y real sobre los discursos de la teoría queer y sus efectos en la realidad. Grupos que hagan talleres donde ser performe y cuestionen los géneros (Drag queens/ Drag kings), grupos que hablen de nuevas sexualidades, nuevas femenidades/masculinidades, posfeminismos. Es decir, todo aquello que reinterprete y queerice el contexto hispanohablante.2ª Formato de la obraTexto, que también puede ir acompañado de imágenes, de una extensión máxima de 15 páginas y mínima de 3. Escrito en castellano, aunque se aceptará cualquier otra lengua siempre que se acompañe de versión o traducción al español.3ª Tema, estilo, técnicaHay plena libertad en cuanto a estilo y técnica, pero deberá adscribirse al tema QUEER y su reinterpretación en contextos hispanohablantes, ya sea en España o Latinoamérica.4ª Dinos quién eres y qué hacesL@s participantes deberán adjuntar un breve currículo junto al texto presentado.5ª Plazo de admisiónLa fecha límite de admisión de los trabajos y de toda la documentación requerida será el 15 OCTUBRE de 2008. (posible ampliación de este plazo)Para más información, contactar con Sayak Valencia, coordinadora del proyecto: centaurea.feminismos@gmail.comO visitar la página de Centaurea Nigra Ediciones

domingo, 20 de julio de 2008

Encuentro Al filo de la Anarquia



Salud compañerxs :

Finalmente, el pasado martes 15 de Julio nos hemos reunido el grupo organizador con un grupo de compañeros y compañeras que habían respondido a las inquietudes propuestas para la organización de las Jornadas Autónomas sobre Pensamiento Anarquista y Filosofía.
Tras una presentación general, hemos charlado e intercambiado impresiones.
Aquí una breve reseña de lo discutido:

- Que las jornadas tienen la intención de profundizar, problematizar y esforzar los límites del pensamiento anarquista al cual consideramos, en parte, desactualizado y estancado. Buscamos sobrepasar al pensamiento del siglo XIX para avanzar hacia un pensamiento anarquista del siglo XXI.
- Que es necesario que se dé un ámbito por fuera de las diversas agrupaciones, espacios y organizaciones existentes, permeable a los diversos posicionamientos y tendencias, lo suficientemente amplio como para permitirse el cuestionamiento, rompiendo con los dogmatismos... No a las "vacas sagradas" del anarquismo.
- Que puedan convivir y trabajar de modo colectivo compañeros y compañeras, en tanto individualidades, como así también quienes pertenezcan a algún espacio organizado, sin que por ello deban sostener dogmáticamente sus diversas "banderas", impidiendo el debate. No buscamos o apoyamos un "anarcómetro" que defina lo que Es anarquista y lo que no lo Es.
- Hay propuestas e intentos de reactualizar el pensamiento anarquista dando vueltas. En muchos casos, estos se están dando tanto por dentro, pero lo más interesante, también por fuera del anarquismo.
- Si bien buscamos que lo que se produzca tenga cierta riqueza y profundidad, no buscamos proponer y escribir en un sentido altisimamente altruista o inaprensible "para las masas". Que exista complejidad, que exista vuelo... pero que no sea un debate metafísico abstracto de intelectuales, porque "hasta doña rosa quiere saber de que se trata el anarquismo".

Luego de esto, buscamos exponer más o menos las áreas sobre las que tenemos intención de ponernos a trabajar e investigar. La idea es que compañeros y compañeras que compartan un interés similar trabajen, en lo posible, de modo grupal. A la vez, que se esté trabajando sobre un eje particular no impide que los diversos compañeros y compañeras no puedan participar o colaborar de otros.
Hasta ahora, por la concurrencia presente, se han propuesto las diversas temáticas:

Educación, Pedagogía y la cuestión de la enseñanza en (y desde) el anarquismo.

Crítica al Antropocentrismo: la concepción de la Naturaleza en el pensamiento libertario según Colson.

La meta es el éxtasis, el sueño es la muerte: del Amor Libre Anarquista a la praxis contrasexual antihegemónica queer.

Libertad es un lugar que queda lejos de casa: afinidades entre anarquismo, feminismo y teoría queer.

Cirugía, ortopedia, eugenesia: Una aproximación a la constitución jurídico-estatal del campo popular en la Argentina del siglo XX.

Contra el Estado y contra toda autoridad: problemas y desencuentros entre Anarquismo, Estado, Poder Político e Institucionalidad.

Sabemos que hay compañeros y compañeras que estaban interesados de participar, pero que por cuestiones de día y horario no les fué posible asistir. También sabemos que había otras propuestas o ejes de trabajo.
Invitamos a que envíen sus diversas propuestas, como así también a participar y sumarse a las ya planteadas.

Prontamente haremos una nueva reunión para ver como van los diversos trabajos, como así también para que puedan asistir quienes no pudieron hacerlo previamente.


¡Salud y Anarquía!

alfilodelaanarquia@yahoo.com.ar